El certificado energético de una vivienda es un documento informativo necesario para alquilar o vender un inmueble. Incluye la calificación de la eficiencia energética y el consumo de un edificio o parte de éste (vivienda, local, oficina etc.), información del procedimiento, descripción de las características energéticas y recomendaciones de mejora viables.
Tanto el propietario como el promotor debe registrar la calificación en un organismo oficial de la comunidad autónoma correspondiente para que tenga el carácter de certificado.
La finalidad de dicho certificado es que las viviendas en España sean lo más eficientes posibles. El resultado de la calificación energética de una vivienda no conlleva ningún tipo de consecuencia, ya que se trata de un documento informativo y no vinculante.
Desde su implantación, los datos recogidos no han sido muy favorables. El 84% de las viviendas con etiquetado están en los tres últimos puestos de la tabla, con letras E, F y G. Muchos inmuebles tienen una eficiencia energética baja y otros superan en más del 90% el consumo energético medio. Según indica el Instituto para la Diversificación, en los edificios españoles existen márgenes de mejora de hasta el 50% en lo que respecta al consumo de energía, indican en el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE).
El objetivo del gobierno y de Europa es lograr que aquellas viviendas con peor calificación energética sean sometidas a reformas para mejorar su eficiencia energética. Otro objetivo es que todas las viviendas que se construyan a partir del 31 de diciembre de 2020 tengan un consumo de energía casi nulo.
Fuente: Endesa